interesadas lo saben. Ni quieren saberlo. El futuro Ministro de Trabajo, sale por la tangente cuando el preguntan, con gran elegancia: son todos los que deben estar (por ley) y están todos los que son. Todos los trabajadores
en España conocen a algún “liberado”, así que huelga la necesidad de buscar una definición para lo obvio. Unos lo son por horas y otros de por vida. Es lo más parecido a un sacerdocio. En horas bajas, por la cercanía y/o complicidad de los sindicatos para con el gobierno que preside España. Como dijo con gran clarividencia Fernández Toxo, el secretario de CCOO, “es una gran putada” verse obligado a montar un Huelga General solo por el “qué dirán”. Se han jugado toda su credibilidad a una mala carta, y hasta cierto punto es lógico que ahora estén expuestos a debates de esta naturaleza. Dicen que el gran secreto revelado a los tres pastores pudo ser el derrumbe de la Iglesia de Cristo por la falta de fé verdadera. Algunas fuentes próximas a tendencias políticas liberales y conservadoras sitúan por encima de 50.000 trabajadores el número de liberados sindicales en España, en un grado u otro, con un coste medio aproximado de 30.000 euros por individuo. En realidad, es difícil – por no decir imposible – diferenciar la militancia que depende de los sindicatos de la que vive de los diferentes partidos políticos. En un caso como en otro, son terceros los que firman oficialmente las nóminas. En el caso de los sindicatos, la mayoría de las estimaciones se extrapola a partir de la propia mecánica que describe el Estatuto de Trabajadores, amen del abuso que de ella se deriva. 15 horas “sindicales” mensuales por cada 10.000 horas trabajadas. Haciendo un cómputo global anual del tiempo trabajado en España, se obtiene una cifra de 50 millones de horas “liberadas”. Una cifra equivalente al trabajo de 40.000 personas, a tiempo completo.
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