viernes, 20 de junio de 2014

LA OTRA CARA DE LA SEGURIDAD.

LA OTRA CARA DE LA SEGURIDAD.
Los ejecutivos de protección son de otra casta como los vigilantes de seguridad porque sus trabajos implican horarios, riesgos y una vida de incertidumbre que no son fáciles de llevar. Los protectores viven una doble vida. Una es la profesional en la que se juegan la vida para proteger a sus vips, algunos incluso la pierden cuando ejercen su profesión. Porque ellos son las víctimas en muchas ocasiones. Además, ellos se convierten en el hilo conductor para llegar a sus protegidos, o peor aún, sus familias.
En definitiva, el día a día de un protector en las zonas más calientes, es muy duro. También para sus familias que tienen que convivir con el anonimato, la soledad, la confidencialidad y se tienen que adaptar a las normas de seguridad que los profesionales de seguridad aplican en el ámbito privado y familiar para proteger a los suyos.
Nadie debe sabe a qué se dedica el hombre de la casa, hay que tener cuidado con lo que se les cuenta a los hijos, y la mujer vive pendiente del teléfono todo el día por si hay malas noticias.
Muchos acaban renunciando a tener familia y sus amigos, manteniendo con ellos un estrés que acaba con la vida de muchos profesionales.
Según el departamento de psicología del FBI indica que: el índice de suicidios de los profesionales de la seguridad (entre los profesionales incluimos policías, militares y protectores entre otros) es bastante alto pero no se habla de ello.

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