martes, 21 de enero de 2014

COMPORTAMIENTO DEL ESCOLTA EN CENTROS COMERCIALES Y LUGARES DE OCIO. Una de las mayores contradicciones para el escolta es tener que realizar su trabajo viendo como los demás se divierten, es más, mientras su propio cliente se está divirtiendo. Y no solo por el hecho en sí, sino por tener que verse obligado a minimizar aún más su afán protector. Para que su labor no resulte tan ingrata y, a veces, exasperante, es crucial la colaboración del protegido. No obstante es bastante lógico que esto en muchas ocasiones no ocurra, y es entonces cuando nos vemos obligados a hacer uso de todos los recursos a nuestra disposición. El cliente creerá, obviamente, que esta vez, como todas las anteriores, no ocurrirá nada. Bien, eso es bueno. Pero por si acaso ocurre algo es para lo que estamos nosotros. Lo malo es que también depende mucho de la edad que tenga nuestro protegido, como este sea un adolescente podemos acabar la noche como niñeras, no solo de él, sino de los demás miembros de su panda y amigos. Lo bueno sería que, por lo menos, nuestro cliente no bebiera aalcohol: si ya es complicado proteger a alguien así, mucho mas lo es si además tenemos que vigilarlo borracho. Hay cosas que se deberían dejar claras a nuestros protegidos, como es este tema de las drogas, pero, aún así, no siempre nos van a hacer caso. Si esta borracho y es difícil de controlar podremos optar por meterlo en el coche y llevarlo a casa sin contemplaciones. Da igual que nos amenace con despedirnos o denunciarnos, siempre es mejor perder un trabajo que perder un cliente por haber hecho mal nuestro cometido. Lo que no debemos hacer es, por mucho que nos enfademos, dejarlo solo e irnos. Siempre le devolveremos sano y salvo a su casa y, una vez en ella, podremos tomar las decisiones extremas que nos plazcan. Insistiremos siempre, eso si, para que no vaya a los mismos lugares a la misma hora, y pondremos especial hincapié en facilitar que su protección no signifique un agobio. Recordemos que él se está divirtiendo. Prestaremos especial atención a las personas, sobre todo desconocidas, que conoce y se encuentra, recordando sus rasgos faciales e, incluso, tomándoles fotos con las técnicas que deberíamos ya dominar. Dichas fotos las incorporaremos a su dossier personal junto con el día y la hora (nota: la creación y mantenimiento de tales dossieres esté prohibido en muchos países). Llevaremos un recuento de los sitios que visita, sus propietarios, fecha de apertura y todo lo que nos pueda ser útil (esto es importante en determinadas zonas donde los grupos terroristas poseen una amplias raíces sociales). En su caso, le convenceremos para que tenga un número de teléfono "basura", que facilitará a todos sus amigos esporádicos o contactos de una noche, lo mismo con direcciones de correo electrónico, que, además, deberá poseer configuración de alta seguridad. Aunque todos sepan que eres su escolta, el te presentará, siempre que lo haga, como un amigo, enfatizando que eres su amigo "callado y tímido". Ya habrá tiempo para que descubran la realidad después. No confraternices con sus nuevas amistades, ni con sus amigos de toda la vida. Es mejor pasar por un ser huraño y distante que no por un detective de novela policíaca, cuyo papel no solo no te corresponde sino que, además, no podrías utilizar llegado el caso. Es muy tentador, a veces, querer participar de las discusiones y conversaciones de sus amigos, sin embargo no debes olvidar que esos no son tus amigos y que cualquiera de ellos podría convertirse en un soplón de lo que digas. No caigas en la antigua trampa de querer ser la estrella de la reunión. Y, si te embaucan, recurre a las "Técnicas de Distracción". En las tiendas y centros comerciales donde salga de compras acompáñale hasta la caja, y ponte entre el y el cliente siguiente. Despreocúpate de lo que compre, de quien llene las bolsas o del dinero: ocúpate solo de su seguridad. Así le ayudarás a que actúe siempre con naturalidad y como si tú no estuvieras. Podemos elegir, antes de salir, un lugar de reunión en caso de extrema necesidad y de que ocurra algo que obligue a separaros. Dicho lugar deberá ser público, preferentemente, y estar abierto hasta altas horas. El hall de un centro comercial o determinado restaurante del mismo centro es un buen lugar. Deberás elegir un lugar discreto en el que pueda ver sin ser visto por todo el que pase y que, además, pueda ser vigilado todo el tiempo por camareros, trabajadores, etc. Recuerda, por último, que en la calle es vital que conozcas la multitud de técnicas de seguimiento para que puedas contrarrestarlas. Los terroristas no te van a dar tregua, aunque estemos en un pueblo o ciudad. No les des tu tampoco tregua a ellos.

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