Pero la desidia y dejadez de las empresas titulares de los aeropuertos en seguridad impide poner en marcha las soluciones ofertadas por los respectivos comités de empresa, originando situaciones críticas en el servicio.
Lejos de aplicar medidas que favorezcan el buen clima laboral y, por lo tanto, la eficacia en el trabajo, las empresas someten a los trabajadores y trabajadoras a una sistemática y permanente vigilancia e inspección de su actividad, con niveles de persecución y control que raya en el acoso. Incluso hay faltas de relevo para ir al baño o comidas. Esa situación de permanente estrés laboral termina repercutiendo a nuestra principal función que es velar por la seguridad de los pasajeros.
El origen del problema se encuentra en la política de continuos recortes que lleva a cabo el operador de los aeropuertos AENA, que obliga a las empresas de seguridad a despedir personal para ahorrar gastos, dejando a las plantillas al mínimo. todos los trabajadores de los aeropuertos han empezado a unirse en la misma lucha, exigiendo que se rectifique en ese permanente menosprecio a los derechos laborales y se solucione la lamentable situación en la que se encuentran trabajadores y trabajadoras.
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