Metro Bilbao compra desfibriladores para atender emergencias cardíacas en sus estaciones
Metro Bilbao ha suscrito un contrato con una empresa especializada del sector sanitario para la adquisición de varios Desfibriladores Externos Automáticos (DEA). En concreto, la compañía de transportes pagará 20.520 euros a la firma Biometrics&Safety Iberica SL por «el suministro, la instalación y el mantenimiento» de este tipo de equipos, cuya utilidad es fundamental para responder ante los problemas cardíacos más comunes. La sociedad pública evitó ayer hacer declaraciones sobre este asunto. Se limitó a señalar que el protocolo para su implantación «aún está en estudio».
Al parecer, según ha podido saber EL CORREO de fuentes cercanas a la entidad, los dispositivos adquirido son seis y se distribuirán en otras tantas estaciones. Se desconoce por ahora cuáles serán las terminales elegidas, pero parece lógico que los DEA vayan a parar a los lugares con máyor tránsito de viajeros. Es en estos puntos donde hay un índice de probabilidad más alto de que se produzca una emergencia. Por Moyua, por ejemplo, pasan a diario una media de 17.000 personas, una cantidad muy superior al número de usuarios de Urbinaga, el destino con menos trasiego de la red, con unos 300 clientes por jornada.
Formación del personal
Metro Bilbao tendrá también que dilucidar qué personal será el encargado de aplicar los electrodos a las personas que se encuentren en situación de parada cardíaca. En las estaciones hay empleados de supervisión y también de seguridad. Según ha podido saber este diario, hace ya tiempo se impartieron varios programas de formación sobre la materia. Algunos operarios obtuvieron un diploma en primeros auxilios. No obstante, en muchos casos, han pasado varios años desde la realización de los cursillos.
La instalación de desfibriladores en lugares públicos no es obligatoria en Euskadi, aunque sí resulta recomendable en aquellos equipamientos por los que pasan muchas personas -de todo tipo de edad y estado físico- a lo largo del día. Aunque en el último lustro se ha avanzado un importante trecho en la compra de equipos de prevención para equipamientos abiertos a la ciudadanía, aún hay muchos espacios que no cuentan con la etiqueta de cardioprotegido. Fueron pioneros en la instalación de uno o varios DEA, el Ayuntamiento de Muskiz, la Autoridad Portuaria, el aeropuerto de Loiu o Mercabilbao. También tomaron medidas otros edificios más modernos y que no habían tenido en cuenta este aspecto durante su fase de diseño y construcción. Es el caso de La Alhóndiga. Sus responsables anunciaron que comprarían un desfibrilador tres años más tarde de haber abierto unas instalaciones que son visitadas a diario por unos 10.000 ciudadanos.
El País Vasco es una de las pocas comunidades españolas donde la legislación permite a personal no sanitario utilizar un desfibrilador en caso de emergencia. Es decir, cualquier persona podría aplicar un DEA, si hay una vida en peligro. En caso de fallecimiento por una mala praxis, no habría lugar al reproche penal. Los seis desfibriladores adquiridos por Metro Bilbao se unirán a uno que ya funciona en la sede central de la compañía
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