sábado, 5 de julio de 2014

Carta de un Vigilante de Seguridad

Carta de un Vigilante de Seguridad
Vivimos momentos difíciles, no sólo por la tremenda crisis que nos afecta desde hace ya unos años, ni por la seguida subida de impuestos o bienes de primera necesidad, como son agua, luz, gas...sino porque nuestro sector no está lo suficientemente valorado como merecemos ni por la sociedad y muchísimo menos por las personas que tenemos en el poder.

Para empezar, no somos "seguratas", ni "guardas jurados", ni "vigilantes jurados", ni "guardias de seguridad" o "pseudopolicías". Somos VIGILANTES DE SEGURIDAD.

Hacemos nuestro curso de capacitación y tras pasar las respectivas pruebas, tanto físicas como teóricas, las cuales son propuestas por el Ministerio del Interior y que tras abonar las respectivas tasas para la habilitación, lo pone bien claro en nuestra placa que llevamos en el pecho "VIGILANTE DE SEGURIDAD".

Estudiamos durante mucho tiempo, pasamos por los procesos que nos indican así como gastarnos dinero tanto en la formación como en la habilitación y aún así, seguimos formándonos para hacer correctamente nuestra labor.

Nosotros, los VIGILANTES DE SEGURIDAD españoles, somos los más formados de toda Europa, como así lo indica Cinco Días en su publicación del 13 de Diciembre del 2013, ¿y todo para qué?.

Para ayudar a todo quien nos necesite, proteger oficinas, patrullar Metro y Renfe para que tengan el viaje lo más tranquilo posible, cuidar los autobuses nocturnos para evitar que les asalten, protegemos ministerios, tiendas, hospitales, fábricas y podría hacer de esta lista algo interminable...pero las resumiré en "GARANTIZAR LA SEGURIDAD DE PERSONAS Y BIENES".

¿Qué recibimos a cambio?

Insultos, prejuicios, desprecios, humillaciones y no sólo eso, sino que ahora las empresas quieren descolgarse de los convenios y que de esa forma nuestros salarios sean más precarios de lo que ya son. Y ya no sólo eso, sino que como les ampara la reforma laboral, solicitan los conocidos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), mandando a muchos compañeros a la empresa más grande de este país actualmente, el "PARO". Dejando así familias sin un salario con el que poder comer, cubrir sus gastos o llevar una vida medianamente tranquila.

Por desgracia, en este país las protestas, las concentraciones, las manifestaciones, y más siendo de nuestro sector, la Seguridad Privada, no van a ningún sitio. O sino, ¿Cuántas veces habéis visto alguna concentración de Seguridad Privada en la televisión? ¿Y en los periódicos?

Los medios de comunicación no se van a hacer eco de nuestras concentraciones, de nuestras propuestas o exigencias hasta que nos unamos TODOS y decidamos hacer esa HUELGA que tanto bien nos haría.

Huelga que, al igual que pasó con los controladores aéreos, pondría el país "patas arriba" y decidirían escuchar nuestras peticiones.

Unámonos todos, seamos una piña y luchemos juntos por nuestro bien, por nuestros intereses.

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