jueves, 10 de julio de 2014

el desfibrilador

Los profesionales de la Seguridad Privada también son formados para su utilización, ya que están presentes prácticamente en cualquier lugar público o centro de trabajo al que acuden varias decenas de personas al día  ’como poco’.
España, a la cola entre los países de Europa en el número de desfibriladores instalados.
La muerte súbita es un problema de primera magnitud que al año se cobra la vida de miles de personas en todo el mundo. Cada año fallecen unas 30.000 personas en España por paradas cardiorespiratorias.
La existencia de desfibriladores semiautomáticos en lugares públicos y la formación en las técnicas básicas de recuperación cardiopulmonar podrían salvar un elevado porcentaje de las personas que sufren un paro cardíaco. Para llegar a este objetivo el desfibrilador debe llegar en los primeros 4 minutos. Así lo asegura el Proyecto Salvavidas, una iniciativa social que pretende concienciar a los no sanitarios de la necesidad de aprender técnicas de reanimación y primeros auxilios, así como lograr una mayor implantación de desfibriladores semiautomáticos. Su fundador, Rubén Campo, asegura que España está “a la cola” de Europa en el número de desfibriladores instalados. Mientras que en toda la geografía española hay 8.000 unidades, en Francia hay 90.000, en Alemania 60.000 y en el Reino Unido 50.000. El motivo, explica, son las distintas normativas que hay en las comunidades autónomas, las cuales, además, van cambiando y actualizándose “constantemente”, lo que provoca que España no tenga “clara” la posición legal a la hora de disponer de un desfibrilador.
“Algunas comunidades lo ponen difícil, como es el caso de la Comunidad Valenciana que obliga a tener un médico responsable del equipo. Por ello, el hecho de que no haya una legislación nacional sobre los desfibriladores hace que su instalación no crezca”, afirma el experto. Otros motivos, prosigue, son la “escasa” concienciación, la “poca” implicación y el que no haya campaña para promover su uso. Por ello, el experto ha destacado la necesidad de que se coloque un desfibrilador en los lugares donde haya una afluencia superior a 100 personas diarias, las empresas con más de 50 empleados, en las comunidades de vecinos, así como en cualquier lugar donde se practique deporte. “Aumentar el número de equipos supondría salvar muchas vidas cada año. Además, esto sería muy sencillo de realizar si hubiera una normativa nacional o un consenso nacional sobre los requisitos mínimos de uso y las normativas sobre la obligación de disponer de estos equipos. Las campañas de concienciación, al igual que la de los accidentes de tráfico, serían también de gran ayuda para el crecimiento de la cardioprotección en España”, zanja el fundador del Proyecto Salvavidas.

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