PELIGROSIDAD Y RIESGO EN LA SEGURIDAD PRIVADA
Un artículo del Agente de Seguridad Privada 38 Special
Es indudable que mucha gente aún ve al Vigilante de Seguridad como un portero dedicado a efectuar una labor presencial estática y de pié en un punto fijo, más comúnmente conocido como “plantón”, como un ser violento gracias a los periodistas que venden esa mala imagen con vídeos donde muestran las escasas malas actuaciones en Metro y similares nada representativas, o como una figura represiva. Para sacar de ese error a todo aquel que leyendo esto tenga esas equivocadas ideas en su cabeza, pasaré a explicar con detenimiento lo que es una labor mucho mas amplia de lo que la mayoría, por desconocimiento, cree.
Tengo que incluir a todo el personal operativo de la Seguridad Privada, es decir Vigilantes de Seguridad, Vigilantes de Explosivos, Escoltas Privados, Guardas Particulares del Campo y sus especialidades Guarda de Caza y Guardapesca Marítimo.
Solo atendiendo a las variadas especialidades, ya podemos ver, sin mas explicación, que el trabajo en la Seguridad Privada es mucho, mucho mas que el tan manido “plantón”.
No me centraré únicamente en la definición del trabajo de cada profesional, sino que me adentraré en un terreno que nadie parece tener en cuenta en la labor que se desarrolla; la peligrosidad de nuestro cometido y el riesgo implícito contra nuestra integridad.
Tanto la prensa como la TV parecen tener un pacto de silencio en lo que se refiere a la información tocante a la Seguridad Privada centrada particularmente en ocultar las muchísimas intervenciones en bien del ciudadano y la comunidad que el colectivo realiza a diario y las necesidades y carencias del sector, a no ser que se trate de ensuciarlo, que entonces sí se refleja con campañas de desprestigio y manipulación en los medios.
Esto hace que el común de los ciudadanos perciba a la Seguridad Privada como un elemento negativo, pues son esas las únicas noticias de que tienen conocimiento. El ciudadano no conoce aquellas hazañas heroicas que el Vigilante, así como los componentes de sus especialidades puedan protagonizar, pues son sistemáticamente silenciadas, contrariamente a lo que sucede cuando un miembro de ésta comete un delito o similar, momento en que protagoniza portadas y titulares que dejan bien clara la profesión del noticiado, aunque esta nada tenga que ver con el suceso.
A la percepción negativa que la sociedad pueda tener de los profesionales de la Seguridad Privada por lo antes mencionado, se une la total falta de información que sobre su imprescindible labor, atribuciones y competencias tiene el ciudadano. Prueba de ello es que incluso las mismas policías demuestran ese gran desconocimiento hacia esta figura. El resultado de esto es la imperante falta de respeto y consideración que se les tiene incluso por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad pública de los que por Ley son auxiliares.
Explicado esto, definiremos cada elemento y sus funciones, así como sus particularidades.
El Vigilante de Seguridad: Es el profesional habilitado por el Ministerio del Interior, que ejercerá su labor al servicio de una empresa privada de seguridad legalmente establecida obligatoriamente. Sus funciones son la vigilancia y la custodia de bienes y patrimonio privados, la prevención del delito, así como la protección privada de las personas. Están entre sus muchos cometidos el transporte de fondos, la protección de urbanizaciones y polígonos industriales y las acudas ante alarmas. También la protección de bienes y servicios públicos como son aeropuertos, Renfe, Metro, estaciones de autobuses, hospitales, instalaciones militares, centros sociales, ayuntamientos, oficinas de la Seguridad Social, juzgados, orden público en estadios y conciertos y un larguísimo etc.
En la mayoría de esos servicios existe evidente peligro físico para el Vigilante, lo que autoriza en muchos casos, aunque no en todos los que son necesarios, el porte y uso de arma de fuego.
Si bien es un dato muy poco conocido, la realidad más abrumadora nos dice que no es infrecuente el asalto a furgones blindados. Mas bien al contrario. Sin embargo, no se le da publicidad, pues no conviene al negocio, que siempre es más importante que la vida del profesional.
Es tristemente conocido por lo brutal y mediático el sucedido en Vigo perpetrado por miembros de la banda terrorista GRAPO en el que se produjeron tres explosiones. La primera en un coche aparcado que explosionó al paso del blindado, la segunda a continuación de la primera, con un artefacto oculto en un contenedor, y una tercera con una bomba “lapa” que adosaron al furgón, o un explosivo colocado en la calzada por debajo de éste. Al salir los Vigilantes del furgón (para no hacerlo si te están estallando una bomba tras de otra) fueron tiroteados con armas automáticas siendo alcanzados tres de los Vigilantes, muriendo dos de ellos y quedando herido por impacto de bala en un brazo el tercero. También resultaron heridos ciudadanos que circulaban por la zona, entre ellos un chaval de 15 años con heridas en el abdomen.
No es ni mucho menos el único ataque a un blindado. No hace mucho, el pasado 26 de diciembre otra noticia saltó a los medios de comunicación, cuando en el centro comercial El Saler de Valencia compañeros nuestros componentes de la tripulación de un blindado fueron tiroteados con armas automáticas de nuevo, con la intención de sustraerles el dinero que custodiaban. Esta vez no hubo muertos. Y el mas reciente asalto en Sevilla con el resultado de un Vigilante muerto y otro herido por un criminal que les tiroteó y se dio a la fuga en una motocicleta.
Junto a estos sucesos que si recogen los medios de comunicación, se producen otros muchos de los que nadie habla.
Dejando a un lado los blindados, se puede hablar del caso del Agente de Seguridad Privada que prestaba servicio de vigilancia en una entidad bancaria que fue asaltada por unos atracadores que tras encañonarle le sustrajeron su revólver para a continuación dispararle con él. El milagro se produjo cuando el proyectil impactó en la hebilla metálica del cinturón del profesional, evitando así que este fuese herido o muerto como consecuencia del disparo. Lo que no evitó que al compañero le propinasen una paliza.
Este caso me circunscribe a otro que sucedió hace bastantes años (cuando era muy común la presencia de un Vigilante armado en las sucursales) en otra entidad bancaria, donde un atracador entró y disparó al Vigilante en el abdomen sin mediar palabra. Este cayó al suelo, y tapándose la hemorragia con una mano, pudo aún desenfundar el revólver y le vació los seis cartuchos antes de perder el conocimiento. El atracador murió. El compañero quedó bastante mal como resultado del disparo.
En el juicio el fiscal en el interrogatorio le preguntó el porqué de disparar seis veces seguidas (por lo de la proporcionalidad) y dicen que este contestó que “porque no tenía mas cartuchos en el arma”. Esto último, no obstante, no puedo asegurar que se dijese realmente. Son cosas que te cuentan.
Hay, por desgracia, casos de enfrentamientos armados entre Vigilantes y delincuentes. Últimamente son mas frecuentes de lo que nos gustaría en muchos polígonos industriales, donde bandas de países del este actúan casi impunemente.
La gente desconoce estos sucesos por el antes mencionado silencio en torno a ellos, salvo cuando es imposible acallarlo por lo notorio y/o testigos públicos de lo sucedido. Un buen ejemplo de cómo los acallan es que en el atentado del 11M, donde tanto ayudaron los Vigilantes de Seguridad, donde fueron los primeros en dar auxilio, nadie se acordó de ellos a la hora de las felicitaciones y del reconocimiento. Fueron los únicos a quien no se tuvo en cuenta, ni se agradeció nada. Y esa fue una labor inconmensurable donde incluso acudieron Vigilantes fuera de servicio. A los que dirigen los medios de comunicación debería caérseles la cara de vergüenza por ese agravio.
Menos mal que no se actua para que nadie se lo reconozca ni agradezca, porque entrarían muchos en depresiones severas.
Sumemos las muchísimas y muy continuadas agresiones (algunas graves o muy graves) sufridas por Vigilantes en Hospitales, Metro, Renfe, centros de atención a drogodependientes, centros de menores, y un sinfín de servicios donde enclavamos hasta a los centros comerciales.
No hace mucho conocí el caso de un Vigilante de un conocido centro comercial donde tras una actuación contra hurto perpetrada por unos integrantes de etnia gitana, éstos le amenazaron y al salir del servicio para irse a su casa le esperaban como quince energúmenos que le propinaron una buena paliza. El Vigilante de Seguridad aún tiene los redaños de continuar en el mismo servicio tras recuperarse.
Como este, conozco casos en Metro, donde por ejemplo dos profesionales de la Seguridad Privada sorprendieron a un grupo de grafiteros pintando un muro, y éstos, lejos de huir o asustarse, sacaron palos que portaban y apalearon a uno de los Vigilantes, mientras lo grababan con un teléfono móvil. El otro parece que consiguió escapar. El apaleado tuvo que ser hospitalizado un tiempo.
En fin, esto solo ilustra una ínfima parte de lo que los Vigilantes soportan en su quehacer diario, donde las agresiones están a la orden del día. No vamos a dejar de reconocer que también existen puestos de trabajo con una peligrosidad mínima, o incluso inexistente, que tal y como está la legislación y la protección de que gozamos, son los más interesantes.
El Escolta Privado: Una especialidad del Vigilante de Seguridad que goza de una sentencia judicial que le da la consideración de categoría independiente, especializado en la protección de personalidades. Tiene que ser a fecha de hoy Vigilante de Seguridad y tener las dos habilitaciones otorgadas por el Ministerio de Interior tras superar las pruebas pertinentes.
Este profesional se dedica a dar protección privada personalizada a aquellos sujetos que lo precisan. En principio su función se reduce a la protección de particulares que por su relevancia necesiten ser escoltados, si bien todos sabemos que actualmente, y desde hace tiempo se ha sobrepasado esa barrera, siendo no pocos los Escoltas Privados que dan protección a personalidades públicas, e incluso en algunas zonas también y por designación pública, y/o judicial a mujeres maltratadas y amenazadas por sus ex-parejas.
Esta función la realizan armados con pistola semiautomática del calibre 9 mm. Parabellum que portan oculta.
Si bien en determinados servicios el peligro es moderado, en la zona donde mas requeridos son, y donde protegen a personas públicas es en la comunidad autónoma vasca y en Navarra, donde el peligro es máximo.
En esas zonas, se prestan los servicios sin horarios, siempre a disposición del protegido, y con la precariedad que caracteriza a los profesionales de la Seguridad Privada. Esta consiste en jornadas interminables, que ocasionan estrés, fatiga etc., que en algún caso, llevan incluso al suicidio del profesional. Son protecciones que muy a menudo las ofrece un único Escolta Privado en poblaciones a veces muy pequeñas donde todo el mundo se conoce, y el Escolta queda totalmente expuesto.
Fuera del servicio no se le permite portar su arma reglamentaria, lo que es un grave sinsentido que expone la vida del profesional al ataque de ETA que lo conoce perfectamente, y que es tan amenazado como el propio protegido de éste. A la Guardia Civil no le tiembla la mano a la hora de sancionar al Escolta Privado que la porte fuera del servicio. Y en muchos casos, dado el tipo de trabajo que realiza, es manifiestamente imposible ir a la empresa a depositarla y a recogerla cada vez.
Ya hay casos documentados de muerte entre los miembros de la protección personal, que en demasiadas ocasiones se produce por la falta de coordinación entre éstos y los miembros de los cuerpos de seguridad pública, sean Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil O Policía Autónoma que ha propiciado desagradables encuentros a tiros incluso con muertos entre privados y públicos por desconocimiento de unos y de otros.
No solo eso; todos recordamos el caso del Escolta Privado que recibió un impacto de bala en la cara al acercarse al que resultó ser un integrante de la banda de asesinos de ETA. Y lo mas sangrante, el elevado índice de suicidios.
En este trabajo, también se da el silencio mediático ante la inmensa mayoría de incidentes que se producen.
El Vigilante de Explosivos: Especialidad del Vigilante de Seguridad con habilitación del Ministerio del Interior, enfocado a la protección de aquellos servicios donde intervengan explosivos, ya sean sus fábricas, sus depósitos, las voladuras o el transporte. La protección siempre deberá ser portando el arma reglamentaria, que en este caso es el revólver del calibre 38 Special. Esta figura, y tras su relativamente reciente adaptación del reglamento que regula los explosivos, es penalmente responsable de la desaparición o sustracción del explosivo sujeto a su protección.
El riesgo al que el Vigilante de Explosivos está expuesto es sustancialmente el concerniente a un hipotético ataque por una banda terrorista que pretenda sustraer el explosivo ya sea en el origen, en el trayecto al ser transportado, o en el destino. La situación actual con dos frentes terroristas de primer orden como son ETA, y el radicalismo islamista, hace que la peligrosidad de este servicio sea sustancialmente superior actualmente.
El Guarda Particular del Campo: Figura muy desconocida por los cada vez más urbanitas ciudadanos, es en su ámbito muy necesaria. Efectúa labores de patrullaje por campos y montes, para prevenir los delitos específicos de ese ámbito, además de cualquier otro, como lo haría el Vigilante de Seguridad. Copio las actuaciones que tienen asignadas del blog de un compañero GPC.:
“Algunas de las actuaciones e intervenciones que realizan los Guardas Particulares de Campo son:
-Sistemas de patrulla para la protección de los bienes y disuasión de personas que pudieran cometer algún delito o infracción administrativa.
-Velar contra todo tipo de delitos y especialmente contra los delitos en los recursos naturales y el medio ambiente, los relativos a la protección de la flora y fauna y los relacionados con la caza y la pesca, las costas…
- Redacción de informes de incidencias y presentación de denuncias.
- Notificación a las autoridades locales de la existencia de animales enfermos o sospechosos de enfermedades epizoóticas.
- Sacrificio de animales y reses en caso de declaración oficial de epizootia.
- Intervenciones de control, detención y actuaciones en caso de delito, poniendo a disposición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a los delincuentes e instrumentos, efectos y pruebas de los delitos.
- Búsqueda de indicios delictivos.
- Protección de pruebas e indicios delictivos hasta la llegada del personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
- Conducción y custodia de detenidos hasta la llegada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Están autorizados a portar armas en zonas cinegéticas y en otros determinados casos previa autorización del Delegado o Subdelegado del Gobierno.
Las armas de fuego específicas de los guardas particulares del campo serán las armas largas rayadas de repetición, concebidas para usar con cartuchería metálica, apta para su utilización con arma corta, de calibre 6'35, 7'65, 9 mm. Corto, 9 mm. Parabellum, 9 mm. Largo, 22LR, 22 Mágnum, 38 especial y 357 Mágnum.
En algunas ocasiones extraordinarias y si es desaconsejable el uso de armas largas, podrán portar el revólver del calibre 38 Special o la escopeta de repetición del calibre 12, que se solicitará a la Dirección General de la Guardia Civil, quien también es competente en la tramitación del T.I.P. de estos profesionales, a diferencia del Vigilante de Seguridad y especialidades, cuya competencia es del Cuerpo Nacional de Policía, excepto en el armamento.
El peligro inherente a este trabajo reside en los cazadores furtivos, accidentes naturales, incendios, y ataques de animales salvajes.
Las especialidades de Guarda de Caza y Guardapesca Marítimo, tienen que ver sobre todo con la función y zona natural donde se encuadran sus labores, que exigen un conocimiento más concreto y extenso.
Con esta crónica, creo que queda bastante claro que el personal de Seguridad Privada hace mucho mas que estar de “plantón” en la puerta de un edificio, y teniendo en cuenta que por lo extensivo que sería, no me he centrado en muchos de los servicios y sus características particulares que engloban infinidad de posibilidades y singularidades, pero seguro que a nivel individual muchos de estos profesionales relatarían casos y sucesos que darían para una enciclopedia.
Este es un trabajo peligroso, que se realiza en muchas ocasiones con armas de fuego, que no es por capricho de nadie y que no se valora como se merece. Se hace con medios escasos, de baja calidad, sin prácticamente ninguna protección judicial ni protección de nuestros datos privados, sin el imprescindible carácter de Agente de la Autoridad que una labor como la del Agente de Seguridad obligado por Ley a prevenir el delito y a detener a delincuentes no pocas veces muy peligrosos, explotado por las empresas que imponen largas y en ocasiones penosas jornadas con un muy bajo salario y nulo reconocimiento y el lamentable desprecio que desde el Ministerio de Interior y desde los cuerpos policiales se les dispensa a los profesionales de la seguridad Privada con la complicidad de los medios de comunicación.
No es comparable a ningún otro trabajo, quitando a los cuerpos policiales y militares con las debidas distancias, particularidades y ámbitos de cada uno, y por ello no es de recibo escuchar como se utiliza el nombre de Vigilante para calificar a quienes no lo son pero que ejercen intrusismo profesional siendo del todo ilegal pero consentido por las autoridades y sus agentes de forma miserable, así como determinadas denominaciones con fines ofensivos, tales como "segurata" y similares o citas como aquellas que los comparan con fontaneros o panaderos para hacer ver que la de Agente de Seguridad Privada es una profesión equiparable a éstas citadas. Son todas muy respetables, pero esta en concreto no es comparable en sacrificio, peligrosidad y servicio al ciudadano.
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