ESCOLTA DE PROTECCIÓN A MUJERES MALTRATADAS.
Este tipo de servicios se diferencian de los otros servicios de protección a personas porque en este sí sabemos quién es el agresor, donde vive, qué vehículo puede utilizar, etc. Además, es un tipo de enemigo que no va a disponer de medios sofisticados, como explosivos, y es poco probable que disponga de armas de fuego. Tampoco suele tener entrenamiento de combate como un terrorista, ni conocimientos sobre las tácticas de estos o sobre seguridad.
Por otra parte, es un elemento con el que es más probable que tengamos que enfrentarnos abiertamente, incluso llegar a las manos, cosa que es extremadamente rara con los terroristas.
En este caso, hay que tener en cuenta que el agresor ya posee gran cantidad de información sobre la víctima, que somos el único objetivo, y que por muy bien que hagamos el trabajo, no se van a ir a por otro blanco más fácil.
En la gran mayoría de los casos de maltrato ( casi la mitad), existen problemas de alcoholismo y/o drogadicción, o trastornos psicológicos, esta es la principal causa de las agresiones domésticas, aunque es un factor poco reconocido por la sociedad en general. En consecuencia, es muy probable que en el momento del hipotético enfrentamiento, el agresor venga borracho o drogado. Esto le hace ser un adversario más fácil de neutralizar (tiene sus reflejos disminuidos), pero también lo hace más decidido.
Asimismo, hay que conocer a los amigos y familiares del maltratador.
Las tácticas a emplear son similares a la de otros casos: hay que tratar que no nos localicen. Si es posible, recomendar a la mujer que cambie de domicilio, mucho mejor de ciudad, y que no se lo comunique A NADIE. Si esto no puede ser, recomendamos cambiar al máximo la rutina, combinada con contra vigilancias discretas. Este sabrá las rutinas de la mujer, por lo que es lo primero que hay que variar: sobre todo la hora de llevar a los niños al colegio y salir para la compra. Si lo vemos, el protocolo a utilizar es avisar a la mujer para que no salga de la casa y avisar a los organismos policiales. Si es factible, cambiar el número de teléfono de la mujer maltratada, y mejorar la seguridad pasiva de la casa (los accesos), para impedir que por ejemplo, sea fácil tirar la puerta abajo. Por descontado cambiar la cerradura inmediatamente.
Se recomienda a la mujer que no abra la puerta a nadie si no está segura de quien es, sobre todo a horas extrañas.
La salida y entrada a la casa se hará acompañando a la mujer hasta la misma puerta, incluso esperando a que compruebe que la casa es segura, ya que el agresor puede tener llaves de la casa o estar escondido en el portal.
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