EL VEHÍCULO COMO ARMA Y DEFENSA.
El vehículo puede ser una herramienta hostil o de transporte, según quien lo utilice y el fin que se persigue.
Por tanto, nosotros como profesionales debemos de poner el vehículo, en el menor tiempo posible, en la posición y situación menos vulnerable para quienes estamos dentro y a la vez más peligrosas, para el agresor.
El vehículo donde nos encontremos será nuestra mejor arma y defensa, ya que usado correctamente puede sacarnos del peligro al que estemos expuestos.
El arma siempre portada en el cuerpo, nada de ponerla debajo de la pierna cuando estamos sentados dentro del vehículo, ni depositada en el bolso lateral de la puerta, ya que un frenazo brusco, golpe por detrás y otras circunstancias nos pueden hacer perder el arma y quedar inoperante.
Siempre que se conduzca, el arma deberá llevarla en el lado izquierdo de su cuerpo.
Siempre hay que valorar la amenaza que se nos presente y tener en cuenta entre otros muchos factores, que contamos con dos, que son de vital importancia:
1- La movilidad: Porque se puede huir y salir de una zona conflictiva, por ejemplo, bajo fuego, etc.
2- La potencia: Es difícil parar un vehículo en movimiento, podemos envestir, romper barricadas, etc.
Ante la situación de tener que abandonar el coche, siempre lo haremos por la parte opuesta de donde provenga la agresión:
1. Agresión lado derecha: Salida lado izquierda.
2. Agresión lado izquierda: Salida lado derecha.
3. Agresión delantera: Salida parte trasera.
4. Agresión trasera: Salida parte delantera.
Siempre repelemos la agresión desde una cobertura, motor, ejes de rueda, etc.
No queda garantizada nuestra puntería si hacemos fuego a través de las lunas, es preferible golpearla y romperla.
No apoyar el arma-mano-brazo, en el coche, evitaremos vibraciones en el tiro.
Son consejos básicos para convertir nuestro vehículo como una barrera de defensa ante hostiles y a la vez convertirlo en nuestra mejor arma para contraatacar.
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